En horas de la tarde llegaron a nuestra redacción una serie de mensajes que despertaron la curiosidad y también preocuparon a nuestro staff. Desde el perfil personal de Facebook de un muchacho se nos avisaba sobre el fallecimiento del mismo, una persona que aducía ser allegada pronunciaba la poco grata palabra “suicidio”.
Respondiendo a nuestro deber como medio responsable, propiciamos las consultas de rigor al remitente, pero paralelamente a ello recurrimos a nuestras herramientas para corroborar esta “noticia”, que a su vez no dejaba de generar cierto desconcierto con la información que nos brindaban desde el perfil de la red social.
Desde las instituciones que deben actuar ante estos casos se procedió rápidamente a verificar si dicho deceso había sucedido, si se habían realizado las denuncias correspondientes y hasta llegar a la Dirección de Niñez que puso a disposición su personal para hacer las averiguaciones de rigor, dado que la persona en cuestión contaba con antecedentes de alerta para estos fatídicos desenlaces.
Gracias al trabajo y compromiso de quienes insistieron en ingresar al domicilio de esta persona a hablar con él, pudieron entrar y se dieron con que contaba con laceraciones en los brazos y estaba en estado de ebriedad, por lo que fue trasladado al nosocomio local y se espera que el caso sea canalizado por el área de salud mental.
Ante lo que presumiblemente era una alerta de suicidio por parte de quien escribía, y no el aviso de lo que ya había sucedido por parte de un allegado, dejamos actuar a quienes debidamente corresponde, y solo resta brindar sí la información fehaciente, ante cualquier situación similar, o si se lo requiere, no duden en dirigirse a la guardia del Hospital o comunicarse al número de asistencia al suicidio 135.