El 18 de mayo de 2011 a las 21 hs. cayó por efecto del hielo en las hélices y el fuselaje, en plena meseta de Somuncura, el vuelo 5428 de la aerolínea Sol, que se había iniciado en Rosario, con escala en Mendoza y Neuquén con rumbo a Comodoro Rivadavia, murieron 22 personas, entre ellos, la truncadense Carina Mancilla y su pequeño de 10 meses, Santiago Sloper.
Los familiares y amigos de las 22 víctimas aún esperan Justicia. Si bien se conocieron las causas de la caída del avión, por engelamiento debido a la acumulación de hielo en las hélices y el fuselaje, no hay responsables. Los especialistas suecos que realizaron las pericias destacaron que el Saab 360A no fue fabricado para volar en rutas con semejantes temperaturas bajo cero.
La empresa culpó a la tripulación por realizar maniobras que no estaban de acuerdo con el manual de vuelo y lo que debían hacer en caso de engelamiento. El ex Juez Federal de Bariloche, el polémico Leónidas Moldes, quien ordenó enterrar parte de los restos que habían quedado dispersos en la meseta, cerca de Prahuaniyeu cerca de Los Menucos, benefició a tres directivos de la empresa.
Moldes en 2012 firmó el sobreseimiento para Danilo Alberto Pojmaevich, Horacio Gabriel Angeli y Juan Alberto Nyffenegger, gerente, presidente y vicepresidente de Sol Líneas Aéreas. Pero la Cámara Federal de Roca decidió escuchar a los familiares que presentaron una revocatoria contra el fallo de Moldes, en el que objetaron la calificación legal de estrago culposo y reclamaron la conducta de los directivos sea analizada bajo la figura dolosa que prevé prisión de dos a ocho años para el que «a sabiendas ejecutare cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave».
Pero luego de esto, no hay mayores avances en la causa judicial por el hecho que hoy cumple 11 años.