El sacerdote Juan Carlos Molina ofreció el viernes una conferencia de prensa en el hogar que la Fundación Valdocco posee en Cañadón Seco para explicar lo sucedido en los últimos días y sentar su postura ante el sorpresivo ataque que comenzó a recibir por parte del Gobierno provincial.
Molina estuvo acompañado por coordinadores, docentes y decenas de jóvenes que tenían puestos en sus pechos números que llegaban hasta el 200 como un modo de demostrar la cantidad de personas que son asistidas en el lugar. Vale mencionar que los menores de edad no fueron mostrados ni participaron de la rueda de prensa, y esta acción se hizo a modo de respuesta a los funcionarios provinciales quienes habían manifestado que al realizar la inspección (tal como ellos lo llamaron), solo habían encontrado a 80 personas.
“El miércoles viene la jueza, y con la doctora, el Gabinete de la provincia. Recorrieron la casa sin permiso, como dueños, preguntándoles a los docentes si tenían títulos, tomando asistencia. Se pusieron a hablar con los pibes cuando no correspondía, cuando no podían”, dijo Molina sobre la intervención que hizo el Gabinete provincial en Valdocco, a la que calificó como “allanamiento político”. Resaltó que él no se encontraba en ese momento en el hogar porque a principios de esa semana lo habían citado a Rio Gallegos para mantener una reunión con Iris Rasgido, presidenta del Consejo Provincial de Educación (CPE).
Criticas y respuestas
Sobre la presencia de los funcionarios provinciales, criticó que una de las excusas haya sido ‘inspeccionar’ el funcionamiento del lugar para cuidar los recursos de la provincia, cuando desde la capital se trasladaron en avión hacia el norte de la provincia. “20 millones sale ese avión para venirse para acá todo el Gabinete. Esos 20 millones es la comida de seis meses de esta casa. Es la comida de dos meses de la casa de Calafate”, denunció.
Respecto a las acusaciones formuladas por el Gobierno, reconoció que tiene doble cargo en Santa Cruz y en Chaco, pero aclaró que a esos fondos los utiliza para moverse de manera constante entre las dos provincias. En este sentido, mencionó un acuerdo de reciprocidad firmado por los exgobernadores Daniel Peralta y Jorge Capitanich para poder mantener el funcionamiento del hogar.
“Dijeron al principio que estábamos violando los derechos de los menores, después cambiaron y modificaron a una supuesta falta de escolarización, y después cambiaron a temas administrativos. Todo eso en el trascurso de un día. Pasamos de ser violadores, porque esa es la palabra que usaron, violadores de derechos, a no escolarizar a los menores. Y por cuestiones administrativas ahora soy corrupto”, expresó Molina.
El cura desmintió que Valdocco no realice rendición de cuentas de los fondos que destina el Gobierno de Santa Cruz en lo que hace a cargos docentes, y lo hizo mostrando numerosas planillas con resúmenes de los últimos años.
A su vez, respecto a la declaración del gobernador Claudio Vidal quien lo definió como ‘falso profeta’, Molina dijo que al mandatario le vendieron pescado podrido y admitió que le gustaría que pudiera viajar a Cañadón Seco para conocer la casa y ver con sus propios ojos cómo son protegidos los niños y jóvenes que estuvieron en situación de vulnerabilidad social y económica.
El fallo de la jueza
El sacerdote se refirió también al fallo de la jueza Rosa Elena González y a la decisión de la Justica de archivar las actuaciones iniciadas contra Valdocco.
“La jueza, después de escuchar a los pibes, emite su fallo. Dice que no entiende porque el Fiscal de Estado actúo, que no le correspondía cuando había otros organismos intermedios que tenían que actuar; que no corresponde que la presidenta del Consejo Provincial de Educación haga la denuncia directamente o pida informes al Juzgado, porque hay otros organismos en el medio, que actuó mal”, destacó.
A la vez, leyó parte del fallo que, según dijo, la propia magistrada le pidió que lo hiciera, donde les habla a algunos de los niños y jóvenes que se encuentran en el hogar. Molina leyó: “No obstante, culminada la escucha de los niños y adolescentes, me permito aseverar que el denominador común que prevalece en ellos es la búsqueda de nuevos horizontes, principalmente, de un proyecto de vida y del cumplimiento de sus sueños”. “El delito de soñar. A eso vinieron”, sentenció Molina.
