«Todos tenemos carpetas desde hace más de 10 años y no tenemos nada que ver con las chicas que usurparon», informó Viviana Gutiérrez, una de las mujeres -madre y trabajadora- que se encuentra allí. La toma de las diez viviendas a terminar del IDUV, por parte de madres solteras -y para lo que aún no hay soluciones- reflotó la crisis habitacional que se vive en nuestra localidad.
«Somos madres y padres que estamos desde el año 2011 inscriptos. Tomamos la decisión de venir a acampar porque de 2017 nadie nos escucha venimos a pedir actualización de carpetas y estar en el listado de las próximas 84 futuras vivienda o como otra opción que nos adjudiquen casas para que las terminemos, ya que tenemos trabajo. Y si es nuestra no tenemos problemas de invertir pero que sea nuestra», indicó Gutiérrez.
Posteriormente relató que llegó Ines Kris y Vanesa Ramírez, quienes les dijeron que «ya conocen la situación» pero los acampantes dejaron en claro que no se irán sin tener alguna respuesta clara.